lunes, 20 de mayo de 2013

La deslumbrante Huasteca Potosina


29/4
Río Verde. Laguna de la medialuna.
Alucinante, naturaleza que te envuelve con su belleza y te penetra en todos los sentidos. Un placer extasiante para ojos y corazones que se deslumbran sorprendidos por tanta hermosura. La naturaleza es perfecta. Me siento un afortunado por poder sentirme así, tan en contacto con ella; siento que la Pachamama me abrió las puertas de su casa y yo pasé y me puse cómodo.

Los pájaros cantan canciones de libertad. Los árboles imponen autoridad con una presencia exquisita. Sus ramas me miran desafiantes ante mi asombro y alegría. La laguna es una maravilla donde coexisten miles de especies diferentes de flora y fauna. El musgo es un colchón acuático para reposar en el fondo del agua. Las montañas decoran el paisaje con vegetación abrazante.
Mis sensaciones se abren, agradecen lo que reciben, mi alegría incrementa, mi energía se renueva. Estoy atónito y mi asombro sigue aumentando a cada momento.

2/5
Tamasopo.
Sigo recorriendo la Huasteca y no encuentro palabras para describir las maravillas que se imponen frente a mis ojos.
Un párrafo aparte para hablar del rai y la magia que conlleva. La bondad mexicana nos persigue a donde vayamos. Para salir de la medialuna, por una carretera desierta, un hombre de pueblo nos aventó hasta la salida. Unos chicos divertidos nos llevaron hasta la ruta a Tamasopo convidándonos una cerveza. Cruzamos parejas, familias y amigos que hacen un lugar en su vehículo para permitirle el paso a dos extraños. Una situación remarcable: un hombre que nos llevó hasta El Rayón, un pueblo camino a Tamasopo, se preocupó por nosotros, dijo que le hicimos acordar a su juventud y nos regaló 1000 pesos, ¡como si nada! Sin conocernos y sin esperar nada a cambio. Fue asombroso y tan rápido que ni tuve tiempo de darle un anillo o pulsera de regalo. Fue un gesto tan desinteresado que ni siquiera sé el nombre del señor. Espero, alguna vez, devolverle de alguna forma tal gesto de enorme generosidad.
En Tamasopo conocí las cascadas, llenas de vida y energía, glorificando el paisaje y aumentando a cada latido mi respiración y asombro. Un conjunto de tirones de agua grandioso que penetra en el cuerpo y en el alma de quien reposa en su corriente misericordiosa.
Fui a los cafetales, un lugar llamado Puente de Dios, haciendo honor a tal denominación. Es el río Tamasopo quien da vida a esta maravilla, envuelta en vegetación, repleta de flora y fauna exquisita. Es un lugar de cuento de hadas, de película de fantasía. Un lugar que llena el corazón y despoja a la mente de cualquier problema. Es imposible no deslumbrarse con el paisaje y las aguas azules, de un azul lunar, que permite al visitante conocer el mundo acuático y convivir con las millones de especies de las que no tenemos idea que existen. Es agua pura, fresca y limpia, que ordena tu ser en un llamado a la realidad no ordinaria. Esos lugares existen, no son copiados ni inventados, cerca o lejos, están. Si el ser humano gusta contemplar la naturaleza en todo su esplendor, con montañas llenas de vegetación que acaparan el territorio, ríos azules que empujan hacia dentro de su ser, cascadas furiosas que reclaman atención, rocas para dar saltos heroicos y vertiginosos, y a la gente, tan cordial y bondadosa que se amiga con el extranjero de la misma manera que con la naturaleza, les presento al pueblo de Tamasopo. Un poblado de 10 mil habitantes, donde las calles se conocen por su nombre y apellido y juegan carreras que dan la vuelta a la esquina. Gracias por tanto, que afortunado al poder abrir los ojos y todos mis sentidos para apreciar esta belleza absoluta donde todos los adjetivos calificativos para denominarla quedan cortos.

4/5
Ciudad Valles.
He estado ayer en las grutas de Sabino. Una caverna de lo mas espeluznante y tétrica. Las paredes altas y lisas que se abalanzan sobre tu sombra. He conocido el límite de la luz y la oscuridad. Avanzando con flashes a cambio de linterna. Cada paso con el cuidado necesario, para no caer en la trémula noche diurna que presenta esta cueva. Reina el misterio en las grutas de Sabino. Un misterio llamativamente hermoso.

6/5
Ciudad Valles. Micos.
¡Faaaaaa! Las cascadas de Micos! Que lugar de puta madre! Zarpadooooo. El agua bien piola, masajeando a los sentidos. Fuimos trepando y nadando hasta lo más alto de las cascadas y ahí empezamos a volver a los saltos. Adrenalina pura loco! El corazón que palpita el reto y las piernas que saltan enfrentándolo. Muy bueno. La vegetación que acompaña siempre, como para que no te olvides que estas en un paraíso de naturaleza y vida verde. Un lugar para quedarse años tirado a la orilla de la cascada, con los peces que te muerden afablemente, casi que en un gesto de ternura. Me maravilló la cabeza, el alma y el corazón. Una melodía constante que penetra en tu ser y lo relaja, lo acompaña.
Micos, el lugar que tiene de todo. Magia y amor dando vueltas por todos lados. Belleza suprema, derribador de adjetivos calificativos. Reflexión y encuentro con uno mismo. Paz. Energías, acción, movimiento, risas, chistes, desafíos, compañeros.
Perdidas y encuentros. ¡¡¡¡Alegría!!!!

10/5
Xilitla.
Bello, extremadamente bello. Es un pueblo en la cima de una montaña. Se admira cada curva y al respirar el aire entra más adentro. La selva se eleva enfrente tuyo, te atrapa, convive con vos. Las montañas esperan apacibles, destilando hermosura. Al verlas, te trasladan allí y te hacen sentir la magia.
Aquí está el castillo surrealista de Edward James. Fue un inglés de la realeza que en los 50' se fue a vivir a la selva de Xilitla con animales salvajes y plantas de mil tipos. Construyó un castillo que no llegó a terminar. El orden aleatorio de sus construcciones y lo novedoso de sus diseños llamó la atención del turismo y en los 90' abrió sus puertas al público.
Las cascadas que se ubican dentro del recinto tienen la particularidad de seguir un orden desordenado, el de la cabeza de James, y tienen una fuerza brutal, reclamando la atención de los visitantes.
Cuando uno se olvida del turismo, de que pagó para entrar ahí y deja a sus sentidos percibir la energía del lugar y adentrarse en la selva, se logra trasladar a otro estadio de paciencia y armonía del alma.

12/5
Aquismón.
La lluvia no impidió que conozca el denominado Sótano de las Golondrinas. En lo alto de la montaña, una erosión en las rocas formó esta cueva inmensa de más de 50 metros de diámetro y 512 metros de profundidad.
Recibe su nombre por las golondrinas que habitan allí, junto con cotorras y muchas especies de aves más. Las leyendas de la región cuentan que existen unas serpientes aladas que también conviven en el sótano lleno de oscuridad y misterio.
Por la mañana, miles y miles de golondrinas empreden vuelo, en círculo, rodeando el sótano hasta que salen y se pierden en la neblina. El regreso de las aves también es en grupo, por la tarde llegan sedientas y se arrojan planeando velozmente al interior de la inmensa cavidad. Contemplarlo es un espectáculo único y maravilloso de la vida natural.








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