jueves, 18 de abril de 2013

Viajando por las rutas mexicanas...

12/3/13


Salí de Chetumal con Juanma, Saca y Ale. Fuimos a dedo hasta el cruce de rutas y nos separamos. Mi gran amigo artesano y yo quedamos a la espera de un alma bondadosa que nos levantara. Fue duro, un poco larga la espera, pero conseguimos que dos camionetas de mexicanos nos aventaran de un pueblo a otro.

Llegamos a Nicolás Bravo, a 50 km de Chetumal aproximadamente. La longeva espera por un nuevo rai se hizo sentir, hasta que apareció Brian. Con su auto destartalado, este típico personaje yanqui de Michigan nos levantó sin problemas y anduvimos viaje hacia la fría noche. Junto a él recorrimos mas de 500 km hasta una estación de servicio en las afueras de Villahermosa. Brian siguió su camino, mientras que Ale y yo montamos la carpa detrás de un camión. Dormimos 5 horitas, de 1 a 6 am. Después de un desayuno rápido nos separamos. Él siguió rumbo al DF y yo me volví para Cárdenas a encontrarme con los pibes.

Caminé por la ruta escuchando Árbol, La Renga, Los Piojos. Fueron 4 km duros con las mochilas, pero ¡así sí que vale la pena!

16/3/13

Bellísimo día. Conocí Paraíso, un pueblo a 30 minutos de Comalcalco camino a Villahermosa. Es un lugar re bonito, con una energía positiva muy copada. Me sentí bien en ese lugar. Junto a los chicos, tuvimos conversaciones muy interesantes y filosóficas, existenciales.

Paraíso cuenta con un ambiente selvático muy relajado. Se respira un buen aire y se contagia la buena vibra. Los lugareños son gente reservada y tranquila. Muy amables si los consultas, pero en la suya si no lo hacés. Se los veía bastante libres. La plaza es hermosa. Los arbolitos podados en grandes cuadrados, todos en línea y prolijos, brindan una sombra fresca donde descansar. El parque se llena de gente, sola o acompañada, que sencillamente hace lo que tiene ganas de hacer. Está secundada por una iglesia pintada con colores alegres y una onda bien copada.

Pasamos la tarde en el cumple del nieto de Sandra, mi madre postiza tabasqueña, en el pueblo Benito Juárez. Fue una hermosa fiesta donde conocimos a toda la familia. Hubo mucha alegría, comida rica y un show de malabares que le regalamos al cumpleañero y sus amiguitos. Nos trataron de maravilla. Me sentí muy cómodo y a gusto, charlando con hermanos, tíos, primos, sobrinos. Jugando con los niños me sentía uno más y, a la vez, sabía que era importante para ellos. Me buscaban, me llamaban, querían mi atención. La pasé muy bonito.

Continuamos la noche tomando café con galletas en lo del hermano de Sandra y conversando de nuestras vidas.

20/3/13

Llegamos a dedo hasta Veracruz. Primero fueron dos rais cortos. Después conocimos a Ricardo, un camionero de 30 años, muy copado, mujer y dos hijos. Viajamos toda la tarde y gran parte de la noche hasta La Tinaja, a 70 km del Puerto de Veracruz. Con él la mejor onda. Nos tiró buena data de México para recorrer y conocer cosas piola. Comimos, bebimos y platicamos mucho sobre la gente y el rumbo que cada cual le da a su vida y el sentido que le otorgan.

Pasamos la noche en una iglesia. Armamos la tienda en el patio, digamos, y dormimos hasta las 6:30, cuando las campanas sonaron para llamar a los fieles a la celebración e invitar a los infieles a continuar su travesía.

Seguimos viaje y llegamos a Veracruz cerca de las 10. Nos encontramos con Ezri, la chica que nos hospedó. Ezri tiene una muy linda energía, muchas pilas y alegría. Con ella tuve conversaciones muy interesantes sobre la política de nuestros países y, sobretodo, de los derechos humanos. Le conté del 24/3, de la memoria, la verdad y la justicia que reclamamos cada año. Ella también me habló de cómo están las cosas acá, en México. De la democracia fraudulenta del PRI con Peña Nieto, de la lucha contra el narcotráfico, los saldos de muertos que aparecen, de un Veracruz militarizado donde no hay policía sino que la Marina es quien controla y vigila, a mi parecer demasiado ostentosamente, con los grandes rifles desenfundados y apuntando a la gente desde sus lujosas camionetas.

Pasamos varios días ahí, en el barrio alejado de Geo Los Pinos, donde se respira soledad y se ven casas humildes que tratan de pasar desapercibidas. Nos cambiamos de casa, más cerca del centro. Nuestra nueva salvadora hospedacional es Dora, una veracruzana muy buena onda y con una visión bastante piola del mundo y la vida, la cual comparto en muchos casos.

2/4/13


Llegamos a Cholula, Puebla. Muy bello lugar, con un fuerte viento, vivo, que hace circular una energía vibrante, bajo cielos oscuros y fríos y un silencio que grita en la penetrante noche.

El volcán Popo es el responsable de semejante brisa, que no pide permiso, solo viaja ante los entrecerrados ojos curiosos que quieren evitarla, vencerla. Cuando grita se hace sentir en todo Puebla. Cuentan las leyendas que una francesa con frío lo ha visitado y ha probado su cálida marea en un viaje de muerte.

La Gran Pirámide de Cholula tiene la base piramidal más grande del mundo. Tardo más de 500 años en construirse, que pudieron ser mil. En tiempos donde la relatividad del tiempo era menos quisquillosa y la cuenta era regresiva, se estima que su nacimiento fue en el año trescientos antes de que Cristo llegase a nuestro mundo. Sobre su figura reposa el Santuario Nuestra Señora de los Remedios. Construido entre finales del siglo XVI y mediados del siglo XVII (1594-1666), esta iglesia protege a la Virgen de los Remedios. La imagen fue aparecida por primera vez junto a un bebé abandonado por la región española de Extremaduro. Su madre lo llevó fuera de los límites del reino para que no descubrieran el romance que mantuvo con un noble a espaldas del amor del rey. El español que adoptó al niño fue un acaudalado cacique que llevó la virgen a la guerra contra Italia y regresó proclamando la virtud de protección y sanación de la imagen. Años más tarde, la envío a su hermano en Tlachihualtepetl, mucho antes del inicio de la construcción del Santuario.

Puebla es una ciudad estéticamente linda. De una belleza ordenada e intensa. Altos árboles que bailan para las montañas circundantes. Parques de una tranquilidad despierta, consiente. La arquitectura del lugar es majestuosa. El centro histórico y zócalo cuentan con edificios de construcciones tradicionales, amplias y llamativas. Un lineamiento colonial que le otorga una armonía seductora.

La arquitectura actual no deja de ser generosa. Presenta un estilo muy moderno, más sobrio, con grandes construcciones ostentosas que gustan al andar.

11/4/13

Hoy conocí el Castillo de Chapultepec. Es el símbolo de la independencia mexicana. En él vivieron Maximiliano y su esposa Carlota durante el Virreinato español. Luego de la independencia, vivió en el castillo el presidente Porfirio Díaz hasta que la revolución mexicana decidió terminar con su mandato. El presidente Lázaro Cárdenas del Río entregó el castillo al pueblo de México para que, en 1944, se inaugurara el actual Museo de Historia Nacional.

El castillo es imponente. Tiene grandes construcciones muy estéticas, jardines mantenidos a la perfección que irradian una belleza incomparable. Los salones y distintas habitaciones son amplias y elegantes. Los muebles, camas, escritorios, mesas, sillas, son majestuosos. Muchos de ellos fueron hechos a pedido de don Porfirio para copiar el estilo francés barroco, ya que durante su presidencia mantuvo muchas relaciones políticas y económicas con el extranjero. De tal manera, cuando los diplomáticos estaban en el país se alojaban en el castillo como invitados de la familia.

Como dato de color, Wikipedia aporta: En 1996, el castillo fue utilizado como escenario en la realización de la película Romeo y Julieta, protagonizada por Leonardo DiCaprio.

El recinto que abarca al castillo es grande y turístico. Cuenta con un zoológico, un jardín botánico, lagos de agua verde, parques hermosos y ardillas simpáticas que corretean a tu lado.

26/4/13

La estadía en San Miguel de Allende fue tranquila. Dormir hasta entrada la mañana, desayuno en el jardín escuchando a los pajaritos y respirando la tranquilidad que el ambiente regalaba.


Reprendí a tejer pulseras y le agarré la mano. Me gustó y me copé bastante. Pasaba los mediodías produciendo, aprendiendo nuevos puntos y enfrentando diversos desafíos artesanales enfrentados con disciplina, paciencia y ganas. Todo esto acompañado de Saca, Ro y jm, grandes amigos y compañeros, charlando de nada en especial con un sentido tan nuestro que se cargaba de emoción. Después íbamos al centro a vender anillos de coco. Nos fue muy bien por suerte, me gustó la experiencia de encarar a la gente, ofrecerle nuestros productos, sacarme la vergüenza, esa tan absurdamente presente en muchos casos sin ningún sentido más que el que limitar la vida. Fue cumplir una meta con objetivos más que saciados.

Extrañaré los atardeceres en el monte, con el sol incendiando de colores el cielo y las montañas, imponente sobre el pueblo distraído, acostumbrado quizás a esta belleza. Y yo, observando todo desde una roca, desde un pedazo de tierra, simplemente contemplando y entendiendo. Entiendo que la vida son momentos que pasan y hay que aprovechar. El lugar donde estamos en el presente es el que le da sentido a ese fragmento de vida. Y la armonía de un atardecer en la cima de una montaña en Guanajuato, México, es un fragmento de mi vida cargado de un sentido exquisito, relajante, que me llena de paz.

Por las noches nos juntábamos a cenar como una gran familia, colaborando cada uno con alguito. Una peli de postre para digerir nuestras historias del día y seguir divirtiéndonos y sonriendo hasta recibir el último parpadear de la persiana que separa un día de otro y lo magnifico que eso resulta.

Hoy estoy en San Luis Potosí, cumpliendo 3 meses desde mi partida. La carretera desfilando frente a mí con un sinfín de opciones diferentes y atrapantes, con un comienzo y un final, pero un durante, que es mi tramo favorito. Incómodo, con frío, cansado, la carretera nos pone a prueba. Es un día de viaje, de puro y neto viaje, donde mi vida se revuelve con cada persona que me sube, con cada historia que escucho y cada paisaje que veo. La carretera tiene la magia del misterio, del no saber. Y es que la magia verdadera es desconocer y probar. Y ver, y sentir y saber disfrutar. La carretera es conocer. Conocer cada vez más y más profundo. Gente, lugares, amigos y sobretodo a uno mismo. Es probar que la gente es bondadosa y quiere ayudar. Es recibirlo. Viajar a dedo es conocer la bondad que existe en este mundo, a través de sus personas. Aprender a pedir ayuda y agradecer recibirla. A veces se hace desear, pero ahí está, ahí está la magia de las personas, que suben a su auto a extraños y les hacen un favor sin recibir nada a cambio más que una palabra y un estrechón de manos. Y conocer eso, verlo, experimentarlo, es magia pura.

18/7/13

Roberto Barrios es un poblado humilde a aproximadamente una hora de Palenque, Chiapas. Sus habitantes hablan zepal y también el español. El principal atractivo, lo que une a todos los niños, adolescentes, jóvenes y adultos del pueblo, son sus cascadas. Inmensas cascadas que decoran el río. El agua se desliza por las rocas y gota a gota se va acomodando en una nueva vertiente. Son paradisíacas. Su simpleza las hace aun más hermosas. Quien recorra andando su lomo, quien logre conquistarlas con el caer de sus pasos encontrará la sintonía perfecta entre belleza y diversión. La fantasía invade el cuerpo. "Estoy escalando sobre unas cascadas". Pero es realidad. Los locales llevan ventaja y la saben demostrar. Son peces en esas rocas llorando. La furia se calma solo para dar lugar a la siguiente lluvia montañosa. Al contemplarte allí, sobre la cascada más alta, la de la fuerza más brusca y la vista más linda, solo se puede sonreír. Otro cuento hadas del que se puede participar. Otra maravilla para visitar. 

Las cuevas internas se forman gracias a las rocas que funcionan de tobogán para el agua y de techo para los peces. Los saltos desde lo alto de la selva aceleran aun más la adrenalina reinante en cada espíritu, tranquilizado por la paz y la armonía que seduce con ese verde tan verde, esa vegetación tan verdadera que se encuentra en Chiapas. 

Roberto Barrios es un lugar sagrado. Mayas, zapatistas, niños jugando, todo se conjuga en el mismo verbo. Placer es lo que se siente al visitar estas cascadas. Un placer extasiante, un placer que ya comienza a extrañarse.



La paz, esa armonía tan grata que trae el silencio de las cosas naturales. Zumbidos, chillares de insectos. Agua desplazándose de un sitio a otro. La paz. Cuando la cabeza descansa y la mente solo juega a crear nuevos colores. Cuando la propia respiración es el sonido más fuerte emitido. La paz. Tan inmensamente tranquila, marcha serena del tiempo. Inmovilidad. Inmutabilidad. La paz que infla el pecho e inyecta energía.
El cielo, las verdes montañas, los árboles, la laguna. Esto es hoy mi paz, la paz. No quiero ni puedo pedir nada más. Solo esto, aquello. Paz. Armonía. La sensibilidad lo convierte en belleza. Podría pasar un año entero aquí, sin cerrar los ojos.
Laguna Nahá, pueblo Maya. Nuevamente gracias México por seguir compartiendo tu magia.

Espero inmerso en la selvática noche. Los sanguinarios moscos perturban mi calma. Luces que no veo llegar me mantienen atento. Todas esas cosas que me importan están allí, adelante. Amo en un presente que recuerda y que perdura en el tiempo. Soy carne y energía, soy luz. Recibo y doy. Vuelo por bellos prados verdes y montañas rocosas. Me desvela la alegría de rostros ajenos, desconocidos. Siento ganas de formar nuevos caminos. Formar nuevos caminos. Vivirlos.

Por fin llega mi transporte. La selva de noche está llena de interrogantes. Llena de vida que se desplaza, de muerte que se dan sus habitantes.

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